La historia de la

Iglesia Adventista en Querétaro

Acerca de nosotros

Somos parte de una iglesia mundial.

La Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD) comenzó oficialmente el 21 de mayo de 1863. John Byington (1798-1897), Jaime White (1821-1881) y John N. Andrews (1829-1883) fueron los primeros presidentes de la Asociación General.A partir de su oficialización, la IASD expandió su influencia y hoy está presente en 212 de los 235 países reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Esta es la historia de su fundación en la ciudad de Querétaro, una aventura de Fe y Perseverancia.

El calendario marcaba el año 1918 cuando, el 25 de noviembre, en la bulliciosa ciudad de México, vio la luz por primera vez Erasmo Ávila González. Una infancia temprana marcada por cambios le llevó, a tan solo cuatro años, a la serena ciudad de Querétaro, donde su familia buscó construir un hogar.
Era el año de 1932 y, como aprendiz en la peluquería Alfonso XIII, un joven Erasmo de catorce años escuchó por vez primera un mensaje divino. Un miembro de la iglesia bautista sembró en él una semilla de inquietud espiritual. Años después, en 1944, mientras trabajaba en el próspero estado de California, Estados Unidos, un nuevo mensaje resonó en su corazón: el mensaje adventista. No fue sino hasta 1945, al residir en Fresno, cuando aquella inquietud lo condujo a aceptar una invitación para estudiar las Escrituras bajo la guía de un adventista llamado Magdaleno.
El 23 de septiembre de 1945, después de profundos estudios y oración, Erasmo fue bautizado en la iglesia central de Fresno, junto con 86 almas más, marcando un nuevo comienzo en su vida.

Tras quince años de arduo trabajo en Estados Unidos y con 28 años, Erasmo regresó brevemente a México para reencontrarse con sus seres queridos. En 1946, regresó a Querétaro, donde comenzó a buscar a otros adventistas. Fue en la calle Independencia donde halló a un pequeño grupo de creyentes adventistas quienes se reunían en la ciudad desde 1941. A saber, 3 matrimonios y el Pastor quien también era dentista de ocupación.
Sin embargo, el grupo enfrentaba oposición; los vecinos les obligaron a desalojar su lugar de culto, y la congregación se dispersó, la mayoría mudándose a la Ciudad de México.
El espíritu incansable de Erasmo lo llevó de vuelta a Estados Unidos con un objetivo claro: trabajar para adquirir una casa donde los hermanos pudieran reunirse sin temor. Con el favor de Dios y la bendición de su esfuerzo, logró comprar una propiedad en la calle de Aurora #4 de la colonia San Francisquito en la ciudad de Querétaro.
Viviendo aún en la ciudad de Fresno, Estados Unidos, organizó la llegada de obreros evangélicos, incluyendo al hermano Eliseo Tenorio y con la ayuda de Dios, el hermano Erasmo pudo pagar el sueldo del hermano Eliseo Tenorio durante 20 meses. Los primeros hermanos ganados por el hermano Tenorio fueron: Ninfa Sánchez, Graciela, Guadalupe y Elsa. Esto ocurrió alrededor de 1956. Nicolás Ávila también fue ganado, y Graciela Sánchez ganó a Rafael Ávila. Cada conversión era un nuevo capítulo en la historia de fe de Querétaro.
El pastor José Castrejón bautizó a estos primeros hermanos, acompañado por el pastor Bebelino Salazar Escarpulli. Otros hermanos que llegaron fueron: Hilario, el ingeniero Luis Felipe Solís y su familia originarios de Yucatán, José Loredo Garibay, quien después se estableció en San Ildefonso, y el colportor José Luis Campos.
De 1980 a 1984, bajo el ministerio del pastor Anselmo Landa, la iglesia comenzó a florecer aún más. Familias enteras como los García Ramírez, Bravo García, Lara Campos, Bolio Bermúdez, García Velázquez, Esponda Juárez, Mendoza Castañón, Mendoza Carreño, Alejandra Ángeles, Melitón Fosado, Óscar Méndez, Nehemías Velasco y Pérez Gómez se unieron, llevando la congregación a un punto donde la casa ubicada en Aurora #4 ya no podía contenerlos. En respuesta, la Misión de Occidente, presidida por el pastor Víctor M. Aispuro, adquirió dos terrenos en la calle de San Mateo Atenco, colonia Vista Alegre, para construir un nuevo templo.

Con una fe inquebrantable y esfuerzos mancomunados, en 1987 se inició la construcción del templo bajo la supervisión de Eliseo Mendoza. Los trabajos de albañilería y mano de obra fueron responsabilidad del hermano Elías, ambos de la iglesia de Rancho Nuevo Querétaro y junto con la participación de los miembros de iglesia.
Cabe destacar la voluntad y esfuerzo del pastor Pedro Rascón, quien siempre estuvo pendiente de la obra y colaboró entusiastamente en los trabajos de construcción. Mención especial merece Melitón Fosado, que no solo aportó su esfuerzo físico, sino que también contribuyó generosamente con importantes donativos para la terminación del nuevo templo; cada piedra colocada narraba una historia de sacrificio y devoción. Finalmente, con la bendición de Dios, en los últimos meses de 1988, el templo se alzó como testimonio vivo de perseverancia y unidad.

El 28 de noviembre de 1998, la iglesia celebró con gozo su 57 aniversario, recordando la travesía de fe que comenzó con Erasmo Ávila y su sueño de una comunidad Adventista en la ciudad de Querétaro. Este relato no es solo una cronología, sino una epopeya de almas dedicadas a la obra de Dios, un legado que vive en cada ladrillo del templo y en el corazón de cada creyente. La Iglesia Adventista en Querétaro cumplirá 84 años de existencia en noviembre de 2025.

Historia de la IGlesia Adventista